Confiando Plenamente en el Señor.

Base Biblica: Sal. 37:1-40; 9:1-20; 10:1-18; 2 Sam.15:37, 2 Sam.16:15; Sal. 27:1-14

Verso Central: Salmo 37:3

(Este salmo fue escrito durante el periodo en que David huia de su hijo Absalon)

Confía en el SEÑOR, y haz el bien; Habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. (NBLH)

¿Qué es lo que debemos hacer mientras estamos pasando por momentos difíciles? ¿Qué hacer si estamos siendo acusados, o perseguidos injustamente? Si alguien entendía esta situación perfectamente fue el rey David, especialmente cuando fue perseguido y acusado por su mismo hijo. El salmo 37 nos ensena la actitud correcta, así como las cosas que debemos hacer en estos tiempos. No te impacientes a causa de los malhechores, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como la hierba pronto se secan, y se marchitan como el pasto verde. (Salmo 37:1-2 RVA) En primer lugar, ten paciencia, aun cuando veas que los que actúan injustamente pareciera que estaba bien y tú que confías en Dios no estás bien. Al final tú permanecerás, y estas personas terminaran mal. En la misma historia de David con su hijo, mientras que David escribía estas palabras, el estaba huyendo, y su hijo estaba tomando el palacio y el reino. En ese momento pareciera que los que obran mal triunfarían, y David que prefirió huir, antes que confrontar a su hijo, y quizás causarle la muerte. En vez de pelear el mismo, prefirió esperar en Dios. Al final de la David fue restaurado al trono, y su hijo termino, muerto. Así que no importa la situación o como están los demás ten paciencia, y no te compares con otros especialmente con los que actúan fuera de los principios de la palabra de Dios. Confía en Jehovah y haz el bien. Habita en la tierra y apaciéntate de la fidelidad. (Salmo 37:3 RVA) En Segundo lugar, que tu manera de vivir refleje tu confianza en Dios. La confianza es más que un sentimiento que experimentamos cuando estamos pasando por problemas, pero la verdadera confianza en Dios nos lleva a vivir cada día, de tal manera que ponemos en práctica sus mandamientos porque sabemos que los principios de su palabra, causara que seamos personas bendecidas. Deléitate en Jehovah, y él te concederá los anhelos de tu corazón. (Salmo 37:4 RVA) En tercer lugar, que el deleite de tu vida sea Dios. Muchas personas encuentran su deleite en las cosas que hacen, las cosas que tienen, o en disfrutar la vida. Que tu deleite comience en tu relación con Dios. Muchas personas pasan la vida buscando, luchando o trabajando con el propósito de tener cosas, o de hacer cosas que les darán deleite, o sea felicidad. Lamentablemente al tener esas cosas no experimentan la verdadera felicidad que deseaban, porque ese sentir de encontrar la felicidad solamente se llena en una relación amorosa con Dios. El llena las anhelos más profundos de nuestro corazón y solamente en el, es que los deseos de nuestro corazón serán los correctos, serán los que él nos concederá, y que en verdad nos ayudaran a experimentar felicidad. Encomienda a Jehovah tu camino; confía en él, y él hará. (Salmo 37:5 RVA) En cuarto lugar, pon tu vida en las manos de Dios. Esto es más que una oración de un momento, pero es un estilo de vida. Cuando nosotros ponemos nuestras vidas en las manos de Dios significa que tu futuro, tus metas, o sueños están en las manos de Dios, y vivimos la vida con la seguridad de que Dios esta de nuestra parte y no en nuestra contra. Muchas personas viven la vida con el sentir de que la vida es injusta, de que Dios se ha olvidado de ellos, de todos están en su contra, y esto los lleva a vivir vidas desconfiadas, inseguras de ellos, y de los demás. Constantemente luchan en su mente por creer en los demás, y aun en Dios. Una persona que ha encomendado su vida a Dios es una persona con una actitud positiva, alegre, y visionaria, porque sabe que no importa lo que tenga que enfrentar mañana, lo hará en las manos de Dios, y no estará sola. Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal. (Salmo 37:7-8 NVI) Por último, no permitas que la ira te lleve a renegar de Dios. Cuando dejamos que las circunstancias dominen nuestros pensamientos, es fácil ser una persona negativa. Lo peor que una persona puede hacer es “renegar” con Dios. Simplemente espera, ten paciencia que Dios obrara. En conclusión, cada día vive con la confianza de que tu vida está en las manos de Dios. Hay una cosa que entrelaza cada una de las ideas aquí expresadas, y es que una vida de esta manera es una vida que está llena de alabanza, de gratitud. Nuestra relación diaria con Jesús debe de ser una vida llena de palabras de gratitud, de alabanza a nuestro amante Señor.

Oración:

• Expresa gratitud al Señor porque le conoces y tienen una relación personal con él.
• Pide perdón por toda actitud, palabra, o pensamiento negativo que has dejado que controle tu mente, tu lengua y tus actitudes.