Bienvenidos!

En este blog estoy compartiendo muchas de las cosas que Dios me da durante mi devociónal, así como comento de las cosas que me están ocurriendo a mi o mi familia, así como nuestra iglesia; Centro de Vida Victoriosa, y la iglesia en general. Este blog es un poco personal, divertido, e inspirado. Está enfocado en ayudarte a que tu relación con Jesús sea más firme, y te inspiré a servirle con pasión.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Para esto Creemos en Jesús


Meditación en los versos del 1 al 5 del Salmo 27

v. 1 En los momentos de que los problemas no nos dejan ver nada, en los cuales nos llenamos de temor, y nos sentimos agobiados, Dios es nuestra luz y salvación.

· Jesús les habló otra vez, diciendo: "Yo soy la Luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida." Juan 8:12

-Pide hoy a Jesús que ilumine tu mente y tu corazón para que puedas ver más allá de tus problemas.

v.2 Cuando las personas nos atacan y nos dicen palabras hirientes, sean de parte de nuestros amigos o enemigos, no aceptes que ellos triunfaran, sus palabras y amenazas caerán, porque tú has puesta a Jesús como tu refugio.

v.3 El salmista declara que no importa si aun un ejército "acampa" o se estaciona enfrente de su casa, o aun cuando en su contra se levante guerra el estará confiado. ¿Te has sentido en alguna ocasión de esta manera. Pareciera que no estás pasando por una lucha si no por una guerra, sea en tu economía, o en tu matrimonio, más que un problema parece una guerra que no tiene fin. Bueno pues a pesar de ello no dejes de estar confiando en Dios. Recuerda las promesas de Dios,

· ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: "POR CAUSA TUYA SOMOS PUESTOS A MUERTE TODO EL DIA; SOMOS CONSIDERADOS COMO OVEJAS PARA EL MATADERO." Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Rom 8:35-39 NBLH)

v.4 Una de las cosas que debemos de pedir a Jesús es que nunca perdamos de vista su dulce presencia en nuestras vidas. Esto era lo que sostenía a David en medio de las tribulaciones más tremendas en su vida. El deseaba contemplar su hermosura, y estar en su presencia que le infundía paz. De igual manera nosotros su dulce: presencia es lo que nos da paz y aliento en los momentos de tribulación. Mientras no dejes de confiar en Jesús todo está bien no importa cuáles sean las dificultades de la vida.

v.5 En el día de la angustia. ¿Estas pasando por el día de angustia? La angustia es el resultado de no tener esperanza para mañana. Es ver el cielo lleno de nubes, es ver la noche y no saber hasta cuando saldrá la luz del día. Es ver que mis amigos, o familiares más cercanos, no me entienden, o aun me condenan. Es no saber si voy a tener conque voy a pagar mis deudas, mañana. Es esta ansioso esperando los resultados de los exámenes médicos. Es creer en contra de la esperanza que mi cónyuge cambiara. Es intentar creer en alguien que siempre me falla, pero quisiera volverle a creer.

Para estos días Jesús nos dice, "Yo te esconderé en mi tabernáculo, en lo más secreto de mi presencia te esconderé, y luego te pondré en alto te pondré por donde no pasen los ríos de la angustia que te ahogan y agobian.

Hoy en este día declara, confiesa que Jehová es tu luz y tu salvación.

1. Pablo dijo, Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Fil. 4:13 NBLH)

2. Pablo afirmo, Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Rom 8:31 NBLH)

3. Hoy en este día declara, de manera que decimos confiadamente: "EL SEÑOR ES EL QUE ME AYUDA; NO TEMERE. ¿QUE PODRA HACERME EL HOMBRE?" (Heb 13:6 NBLH)

lunes, 24 de marzo de 2008

En Dios está la Victoria o la Derrota

Lectura sugerida para esta meditacion: Salm. 124:1-8; 108:1-13; 60:1-12; 2 Sam. 8:9-14; 1 Cron.18:9-13; Sal. 44:1-26; 20:1-9; 2 Sam. 23:18-19; 1 Cron. 11:20-21

Verso Central: Salmo 44:3-4

Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas. Sólo tú eres mi rey y mi Dios. ¡Decreta las victorias de Jacob! (NVI)

Tanto la victoria como la derrota dependen del Señor. En ocasiones cuando las cosas salen mal, o no vemos la victoria en nuestra vida, tendemos a culpar al enemigo de la misma. “Es que el Diablo me ha estado atacando”, “el enemigo no me deja en paz”, pero la realidad que nunca la derrota depende de lo que el enemigo está haciendo, o no esté haciendo. Quien tiene la última palabra sobre la derrota o la victoria en nuestras vidas es Dios. El salmo 44 nos da un contraste entre tener el favor de Dios (vs del 1 al 8 y del 9 al 26) y la falta del favor de Dios en la vida de la persona, familia, o nación. Antes de seguir adelante, la última porción del salmo versos del 9 al 26 son las palabras de David ante la situación que está enfrentando, en la cual concluye que es culpa de Dios la derrota. Si bien esta en lo correcto en afirmar que Dios es quien les ha dado la victoria, no es culpa de Dios que ahora en ese momento estén pasando por un tiempo de derrota. ¿En qué consiste pues que Dios sea quien determine tanto la victoria como la derrota? En primer lugar, David esta en lo correcto en afirmar que la razón principal porque sus padres experimentaron todas estas victorias que enlista, está en que Dios fue quien les dio la victoria. El declara, Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas. (Salmo 44:3 NVI) David reconocía correctamente que la razón porque ellos conquistaron la tierra prometida fue porque Dios peleo por ellos, de la misma manera nosotros, la única razón porque es que ganamos todas nuestras batallas descansa en que Dios pelea por nosotros. En segundo lugar, David esta correcta en afirmar que fue por decreto (Dios determina que algo ocurrirá, y luego lo declara) ellos derrotaron a todos sus enemigos porque Dios lo había decretado. Esto es lo mismo en nuestras vidas. Notemos las palabras de David, Sólo tú eres mi rey y mi Dios. ¡Decreta las victorias de Jacob! (Sal. 44:4 NVI) también, David esta en lo correcto en decir que Dios es quien determina que seamos derrotados, nunca somos derrotados porque nuestros enemigos, circunstancias, o problemas son mas grandes o poderosos que Dios, ni siquiera puede que sean más grandes o poderosas que nuestros recursos humanos. La parte en que David está equivocado es en culpar a Dios de su situación y orar reclamando a Dios que no los abandone a pesar de que han sido obedientes guardando los mandamientos de Dios, Todo esto nos ha sucedido, a pesar de que nunca te olvidamos ni faltamos jamás a tu pacto. No te hemos sido infieles, ni nos hemos apartado de tu senda. (Sal. 44:17-18 NVI) Ahora, es más fácil examinar desde afuera la situación y ver claramente que David está equivocado, porque en medio de la situación que David estuviera pasando, el clama con un corazón agobiado, triste, o derrotado. Nunca las oraciones desde ese punto de vista son de fe, o de confianza, si no que más bien reflejan la debilidad de nuestra carne. David estaba en lo correcto en afirmar que ellos estaban siendo derrotados porque Dios los había abandonado, Pero ahora nos has rechazado y humillado; ya no sales con nuestros ejércitos. (Sal. 44:9 NVI) Pero en donde David falla, es en culpar a Dios de su situación. Si bien Dios se había permitido su situación, no era porque Dios fuera malo, o se había olvidado de ellos, pero la realidad es que Dios lo había abandonado, porque él había pecado de una manera terrible. Que pronto se le olvido su error. (ver el Salmo 51 el salmo 44 fue escrito poco tiempo después del 51) En conclusión este salmo nos enseña que la victoria esta en Dios, pero la derrota también depende de Dios. Cuando nos olvidamos de su palabra, o no hacemos su voluntad. Al desobedecerle, le estamos cerrando la puerta para que su mano, su brazo, y su rostro nos de la victoria en todo momento. El deseo de Dios es que seamos personas victoriosas o de éxito. El nunca ha planeado, o decretado ninguna derrota para nuestras vidas, esta ocurren cuando nosotros por nuestra propia decisión, o ignorancia, nos salimos de sus caminos, entonces el no puede andar con nosotros, y al “dejarnos” somos derrotados. Por esta razón tanto la derrota y la victoria están en el Señor. Si le servimos y obedecemos el pelea por nosotros, pero cuando actuamos fuera de su voluntad, el no pelea por nosotros estamos solos ante la vida y la circunstancias.

Oración:

  • Si estas pasando por un tiempo de derrota o no ves la respuesta de Dios, antes que pensar en el enemigo, examina tu vida a la luz de tu relación con Dios, y pide al Espíritu que te ayude a entender porque es que no puedes ver la victoria. ¿Habrá algo que detenga la mano, el brazo o el rostro de Dios a tu favor?