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En este blog estoy compartiendo muchas de las cosas que Dios me da durante mi devociónal, así como comento de las cosas que me están ocurriendo a mi o mi familia, así como nuestra iglesia; Centro de Vida Victoriosa, y la iglesia en general. Este blog es un poco personal, divertido, e inspirado. Está enfocado en ayudarte a que tu relación con Jesús sea más firme, y te inspiré a servirle con pasión.

martes, 25 de septiembre de 2007

El Corazón y el Éxito en la Vida


Texto 1 Samuel 10:1-27

VERDAD CENTRAL:

Lo más importante para el éxito no es lo que tengo, o lo que hago, sino lo que soy.

Introducción:

Cuando no dejamos que Dios obre completamente en nuestras vidas, y permitimos que las ataduras, argumentos, o falta carácter en nuestra vida continúen, tarde o temprano estas serán la causa de nuestro fracaso, no importa cuántas cualidades tengamos, o cuantos talentos Dios nos haya confiado.

Una de las historias en las escrituras la podemos ver en la vida de Saúl. Este hombre fue una persona llena de contradicciones, que llego al máximo de poder y autoridad, pero que murió apartado de Dios, y por su conducto perdieron sus hijos el derecho a seguir en el trono. Una buena ilustración de esta verdad es en la tragedia del puente de Minneapolis, y las causas porque se cayó.

I. El rey Saúl tenía muchas buenas cualidades, y esto le llevo a olvidar sus áreas débiles.

1. Venia de una familia respetada. 1 Sam. 9:1

Había un hombre de la tribu de Benjamín, muy respetado, cuyo nombre era Quis hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, también benjaminita. (1Sa 9:1 NVI)

2. Era una persona atractiva y carismática.

Quis tenía un hijo llamado Saúl, que era buen mozo y apuesto como ningún otro israelita, tan alto que los demás apenas le llegaban al hombro. (1Sa 9:2 NVI)

3. Era un hombre inteligente. V. 9:3

En cierta ocasión se extraviaron las burras de su padre Quis, y éste le dijo a Saúl: "Toma a uno de los criados y ve a buscar las burras." (1Sa 9:3 NVI)

II. Dios Bendijo a Saúl grandemente.

1. Dios lo escogió para ser rey.

Entonces Samuel tomó un frasco de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Luego lo besó y le dijo: ¡Es el Señor quien te ha ungido para que gobiernes a su pueblo! (1 Sam. 10:1 NVI)

2. Le dio privilegios que nadie tenía, Saúl seria el Rey con el poder y autoridad absoluta sobre toda la nación. Estuvo con él desde el principio, experimentado el poder y la presencia de Dios, "De ahí llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición filistea. Al entrar en la ciudad te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del santuario en el cerro. Vendrán profetizando, precedidos por músicos que tocan liras, panderetas, flautas y arpas. (6) Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y tú profetizarás con ellos y serás una nueva persona. (1 Sam. 10:5-6 NVI)

3. Desde el momento de su unción como rey, Dios le daría la habilidad por medio del Espíritu de ser dirigido por el, Cuando se cumplan estas señales que has recibido, podrás hacer todo lo que esté a tu alcance, pues Dios estará contigo. (1 Sam. 10:7 NVI)

4. Le dio autoridad y Poder de Convocar.

Cuando Saúl escuchó la noticia, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder. Enfurecido, agarró dos bueyes y los descuartizó, y con los mensajeros envió los pedazos por todo el territorio de Israel, con esta advertencia: "Así se hará con los bueyes de todo el que no salga para unirse a Saúl y Samuel." El temor del Señor se apoderó del pueblo, y todos ellos, como un solo *hombre, salieron a la guerra. Saúl los reunió en Bézec para pasar revista, y había trescientos mil soldados de Israel y treinta mil de Judá. (1Sa 11:6-8 NVI)

Cualquiera que no conociera personalmente a Saúl pensaría que este era un hombre que tenía todo bajo control, y que era una persona de éxito.

III. El Problema de Saúl

  1. El problema de Saúl, era que aunque tenía todas estas cualidades, talentos y atracción física, el siempre tenía problemas con:

i. El temor,

ii. la inseguridad, causado por una autoestima muy baja. Estas tres cosas lo llevaron al fin de su vida a su fracaso.

Desde el principio que somos introducidos a la vida de Saúl se ven estas “ataduras” en su vida.

1. La Inseguridad:

  1. Inseguridad de su nueva posición. Después de haber experimentado varias cosas sobrenaturales que confirmaban el llamado y la nueva posición que tenia, cuando su tío le pregunta qué es lo que había pasado, le cuenta todo excepto que ahora había sido ungido como rey, nos aseguró que ya habían encontrado las burras. Sin embargo, Saúl no le contó a su tío lo que Samuel le había dicho acerca del reino. (1 Sam. 10:16 NVI) Nada de lo demás era tan importante, como el hecho de que ahora ya no era únicamente un siervo de su padre que estaba buscando unas burras, ahora él era el Rey de Israel. Saúl no se atrevía a declarar lo que Dios había hecho con él. Esto nos muestra su inseguridad como persona.
  2. Inseguridad de tomar nuevos retos. Otra muestra lo da cuando Samuel lo quiere introducir al pueblo como el rey, en medio de todo lo que Samuel estaba delante del pueblo declarando, invita a Saúl para ser presentado y Saúl estaba escondido, de modo que volvieron a consultar al Señor: ¿Ha venido aquí ese hombre? Sí respondió el Señor, pero se ha escondido entre el equipaje. (1 Sam. 10:22 NVI) Otros veían sus cualidades fiscas, pero él se sentía “pequeño” de corazón, Fueron corriendo y lo sacaron de allí. Y cuando Saúl se puso en medio de la gente, vieron que era tan alto que nadie le llegaba al hombro. Dijo entonces Samuel a todo el pueblo: ¡Miren al hombre que el Señor ha escogido! ¡No hay nadie como él en todo el pueblo! ¡Viva el rey! exclamaron todos. (1 Sam. 10:23-24 NVI) No tuvo el valor de tomar su nueva posición.
  3. La Inseguridad te lleva a dejarte influenciar por los demás.

Algunos hebreos incluso cruzaron el Jordán para huir al territorio de Gad, en Galaad. Saúl se había quedado en Guilgal, y todo el ejército que lo acompañaba temblaba de miedo. Allí estuvo esperando siete días, según el plazo indicado por Samuel, pero éste no llegaba. Como los soldados comenzaban a desbandarse, Saúl ordenó: "Tráiganme el holocausto y los sacrificios de comunión"; y él mismo ofreció el holocausto. En el momento en que Saúl terminaba de celebrar el sacrificio, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo, y lo saludó. Pero Samuel le reclamó: ¿Qué has hecho? Y Saúl le respondió: Pues como vi que la gente se desbandaba, que tú no llegabas en el plazo indicado, y que los filisteos se habían juntado en Micmás, pensé: Los filisteos ya están por atacarme en Guilgal, y ni siquiera he implorado la ayuda del Señor. Por eso me atreví a ofrecer el holocausto. (1Sa 13:7-12 NVI) (1 Sam.15:23-240

  1. La Inseguridad te lleva a desconfiar, y tener envidia de los demás.

y exclamaban con gran regocijo: "Saúl destruyó a un ejército, ¡pero David aniquiló a diez!" Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: "A David le dan crédito por diez ejércitos, pero a mí por uno solo. ¡Lo único que falta es que le den el reino!" Y a partir de esa ocasión, Saúl empezó a mirar a David con recelo. (1Sa 18:7-9 NVI)

IV. Las Causas del Problema de Saúl.

1. No sabemos que causo esta condición en la vida de Saúl.

2. Pero sería bueno recordar que el era de la tribu de Benjamín, y si leemos el capítulo 20 de Jueces nos damos cuenta que la tribu de benjamín casi desaparece porque las demás tribus le hicieron la guerra por un acto de pecado terrible que la gente de Benjamín hicieron con un hombre y su concubina. Casi desaparece por completo, y solamente la misericordia permitió que esta tribu no desapareciera.

3. Esta tribu era considerada como inferior, llena de ataduras, y de pecado, probablemente vivían en una gran pobreza como producto de que las demás tribus destruyeron totalmente la economía, y las familias.

4. El escritor de este libro no nos declara las razones porque Saúl tuvo este problema, no sabemos las causas, solamente que lo tenía. Lo más importante en nuestras vidas no las razones porque tenemos problemas pero que hacemos con esos problemas. Los ignoramos, Los negamos, o le pedimos a Dios que nos ayude.

Sea cual fuera la razón, el punto que vemos en la vida de Saúl es que él asumió el trono de Israel, con muchos problemas en su corazón que jamás permitió que Dios cambiara. Exteriormente él era el Rey, pero en el corazón nunca dejo de ser pequeño e insignificante. Nosotros podemos experimentar todas las bendiciones de Dios en la vida, pero si no dejamos que su amor y gracia cambien nuestro interior, y nos libren de los argumentos o ataduras que tenemos, tarde o temprano serán la causa de nuestro fracaso.

Una historia muy apropiada para entender esta verdad está en La Explosión del Challenger.

Fue causado por un pequeño sello en uno de los tanques de combustible. Este defecto había sido visto por uno de los ingenieros, pero fue ignorado. Por varios anos nunca paso nada, pero tarde, o temprano el defecto que se había ignorado causo la tragedia.

Otro buen ejemplo en las palabras de aquella joven que ve ciertos defecto en su novio, pero todo lo justifica, porque lo ama, o porque tiene otras cualidades; “alto” “Su carro esta nuevo” “Gana buen dinero”

Conclusión:

No ignoremos las cosas que están en nuestro corazón, porque el corazón es el fundamento de todo lo que eres, y de todo lo que tú harás.

Oración:

Oremos las palabras de David, Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, Y guíame en el camino eterno.

(Salmo 139:23-24 NBLH)

jueves, 6 de septiembre de 2007

Siendo Honestos con el Señor

Lectura bíblica: 1 Samuel 1:1-28

Dios no solamente escucha oraciones de fe, pero también escucha oraciones honestas. Si bien es cierto que la palabra de Dios, nos ensena que debemos acercarnos a Dios con fe y que Dios responde a nosotros cuando clamamos con fe, también en esta historia podemos ver que Dios responde a las oraciones honestas. Ana no estaba tratando de impresionar a nadie, ni al sacerdote Eli, ni a Dios con su fe, sino que simplemente al venir a la presencia de Dios, abrió su corazón, y le mostro todo lo que sentía, y el deseo más ardiente de su corazón; tener un hijo. Dios respondió a la oración honesta y sincera de esta mujer. ¿Qué es una oración honesta? Es cuando dejamos a un lado toda ritualidad, religiosas, o idea de cómo se debe orar, y simplemente se abre al corazón a Dios, y se le habla con sinceridad de cómo nos sentimos, o de nuestras angustias, aunque al hacerlo pareciera que no tenemos fe o dudamos de su poder. Dios escucha mas una oración honesta que una oración que falsamente presenta una imagen de fe, o de adoración, o de gratitud, pero que no es honesta ni sincera, sino que, es más bien el producto de que se orar, o expresar las palabras correctas de oración, las palabras que otros al escucharlas, dirán que estoy orando “correctamente”. La verdad que para orar no hay una manera correcta, si no que lo más importante es la sinceridad y honestidad de nuestras palabras. Si estamos llenos de fe, nuestras palabras no serán presuntuosas, si no que reflejaran con sinceridad nuestra fe, pero la verdad es que no siempre estamos en ese nivel de fe y pasión al orar. ¿Qué hacer en ese momento? Ana es un ejemplo de lo que debemos hacer cuando no parece que tendremos la respuesta a nuestra situación. ¿Qué hizo Ana? En primer lugar, no dejo de venir a la presencia de Dios, año con año seguía viniendo al tabernáculo a adorar a Dios. Cada año, cuando iban a la casa del Señor, sucedía lo mismo: Penina la atormentaba, hasta que Ana se ponía a llorar y ni comer quería. (1Sa 1:7 NVI) En segundo lugar, ella se levanto de donde estaba, esto implica salir de un estado pasivo, fatalista, resignado, y va y presenta delante de Dios, Una vez, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señor, (1Sa 1:9 NVI) En tercer lugar, simplemente abrió su corazón y vacio toda su angustia delante de Dios, con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente. (1Sa 1:10 NVI) Cuarto, no hubo declaraciones de fe, pero una sinceridad de su condición, clamando a Dios que le mostrara su misericordia. Ella no siguió un rito acostumbrado, o la posición “correcta”, o las palabras “correctas”, ella estaba siendo sincera con Dios, tanto que su actitud y forma de orar confundieron al sacerdote Eli, que le hicieron pensar que estaba embriagada, Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca. Sus labios se movían pero, debido a que Ana oraba en voz baja, no se podía oír su voz. Elí pensó que estaba borracha, (1Sa 1:12-13 NVI) Quinto, no se levanto hasta que recibió la promesa de Dios a su clamor, en esta oración Dios uso al profeta que sin saberlo estaba siendo usando por Dios para responder al clamor de Ana, en ocasiones Dios usa la Biblia, o nos habla a nuestro corazón, o hay un sentir que la angustia del corazón se ha ido, y sentimos como resultado su paz. El punto es que Ana sabia que Dios la había escuchado, Vete en paz respondió Elí. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido. Gracias. Ojalá favorezca usted siempre a esta sierva suya. Con esto, Ana se despidió y se fue a comer. Desde ese momento, su semblante cambió. (1Sa 1:17-18 NVI) Cuando una persona ora con honestidad, Dios quitara toda angustia de su vida, y le dará la fe necesaria para ver el cumplimiento del milagro. Ana ahora sabia que Dios contestaría su oración, Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá. Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella. (1Sa 1:19 NVI) ¿Como son tus oraciones diarias? ¿Ritualistas? ¿Llenas de palabrerías? Detente un momento y se honesto con Dios, la verdad que no podemos impresionarlo.

Aplicación, o para discusión:
  • Abre tu corazón a Dios.
  • Sincérate con el Señor y muestra lo que hay en tu corazón
  • Elimina toda actitud religiosa, o frases “gastadas” y habla con Dios.

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